He llegado a tus orillas,
me has acogido con calma,
y, tras beber de tu palma,
has hecho en mí, maravillas.
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Era alma adormecida, sin vida,
yendo y viniendo, sin ruta,
tú me adornaste con la voluta,
dejándome tu alegría adherida.
22
En ti contemplo mi horizonte,
dejándome guiar día tras día,
por fin he llegado a tu bahía
burlando la barca de Caronte.
22
He arribado hasta ti..., viva,
lo logré antes de mi muerte,
has hecho que mi vigor despierte
para no ir rumbo a la deriva.
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Fontana