viernes, 1 de febrero de 2008

En silencio me despido


Cuando cada noche me despido,
quedo en silencio y meditando,
y muchas de esas veces, llorando,
porque sé, que quedas afligido.

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Es poco el tiempo que tenemos,
todo ha de transcurrir acelerado,
y no es del tuyo, ni de mi agrado,
no, para cuánto nos queremos.

22

Las horas pasan en un suspiro,
las palabras se enredan divagando,
y las dudas se van multiplicando
sin darnos un momento de respiro.

22

Intentamos razonar una y otra vez
cuando los segundos siguen pasando,
rápidamente se van sumando
y, qué amargura nos queda después.

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Fontana