sábado, 9 de mayo de 2009

España y Argentina de la mano




Ayer me aventuré, allende los mares,
y cruzando el Atlántico te encontré
entre girasoles, trigos y olivares,
Tres Arroyos..., de ello dan fe.

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Bienhechor Abel, ante vos me rindo,
sos campo, río, urbe y playa,
fresco y dulce como el tamarindo,
un buen argentino donde los haya.

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Tu peculiar deje tomo prestado
con licencia de la castellana poesía,
y es que con él me has prendado
como también lo hizo tu galantería.

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Desde hoy, esperaré junto a este puerto
el regreso de ese barco que a mi bahía llegó,
con el corazón de par en par abierto
para estrechar la mano, que a la mía se ciñó.

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Fontana