Navegantes sin puerto ni rumbo,
así la vida nos podría describir a los dos,
pues vamos ambos de tumbo en tumbo
en este agitado océano, en nuestro navío veloz.
22
Nadie nos tomó la delantera,
fue, quizá, que el timón de nuestra nave
no supo dar con la ruta, ni la clave,
arriando, antes de tiempo, la bandera.
22
Las coordenadas se alían con el fracaso
y un mar de fondo nos arrastra,
y hoy, que el amor es tan frágil y escaso,
en la orilla, abandonado queda como una pulida lastra.
22
Aunque... ¡No tan malos timoneles somos!
Nos desviamos con el primer reflujo que encontramos,
nos decimos adiós, pero, no nos marchamos,
esmerilamos los vértices para seguir eternamente romos.
2222
Fontana
así la vida nos podría describir a los dos,
pues vamos ambos de tumbo en tumbo
en este agitado océano, en nuestro navío veloz.
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Nadie nos tomó la delantera,
fue, quizá, que el timón de nuestra nave
no supo dar con la ruta, ni la clave,
arriando, antes de tiempo, la bandera.
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Las coordenadas se alían con el fracaso
y un mar de fondo nos arrastra,
y hoy, que el amor es tan frágil y escaso,
en la orilla, abandonado queda como una pulida lastra.
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Aunque... ¡No tan malos timoneles somos!
Nos desviamos con el primer reflujo que encontramos,
nos decimos adiós, pero, no nos marchamos,
esmerilamos los vértices para seguir eternamente romos.
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Fontana