LLora que te llora, caminas cansado,
y no es que la vida te haya negado nada,
no, lo que te dio, no lo has guardado,
y ella, en recompensa, te da una bofetada.
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Pena que te pena, tu alma va sangrando,
ahora no tienes consuelo, es tu condena,
la amargura te ahoga, y se va multiplicando,
ya no quedan granos en tu reloj de arena.
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Busca que te busca, y nunca hallando,
te contrarías, sufres, tu mente se ofusca,
te ves solo, desvalido, como un trasto tirado,
no hay alegría, que a tu corazón produzca.
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Piensa que te piensa, queriendo olvidar,
anudas tu mente, como única defensa,
y aun girando la cabeza, sientes malestar,
es la soga de tu vida que, incansable, se tensa.
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Fontana