viernes, 1 de agosto de 2008

Remontando el vuelo


Te busqué en la sombra del espino
donde habitan las mentes doloridas,
dormías entre nubes y ortigas
lamiéndote tus heridas.

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Te encontré cuando tu sol ya se ponía,
cuando tus sueños apenas respiraban,
yo sabía que sólo sanarías
si creías que todavía te amaban.

22

Se abrieron esos ojos soñolientos
refugio de tantas noches de desvelo,
dejaron entrar la luz y el viento
y en su soplo viste el cielo.

22

Nacieron en tu ánimo dos alas de garza,
desplegaste la vida que guardaban,
cual Ave Fénix despertabas
al ver que sin ti, tus penas volaban.

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Fontana