sábado, 9 de agosto de 2008

Reencuentro


Una segunda oportunidad llamó
hace tres días, expectante a mi puerta,
ante mí se abrió el mar y la huerta
al comprobar que educadamente insistió.

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Cruzamos disculpas y sonrisas,
amagos de continuar con intención
sin saber que ambos con antelación
ya habíamos disfrutado de nuestras brisas.

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El destino es generoso y complaciente,
une a quienes por error, no se dijeron adiós,
pulula por nuestras mentes y es portavoz
de una lograda amistad incipiente.

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Me rindo al azar y a la sorpresa,
me inclino ante ti, Amigo generoso,
por tu buen hacer y carácter animoso,
segura estoy de que este reencuentro no me pesa.

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Fontana