jueves, 14 de agosto de 2008

No debo quererte


Saltando voy de piedra en piedra,
no me debo mojar,
porque a veces, por sorpresa la pleamar
hace estragos y en mí medra.

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Esquivando el fuego donde quema,
temiendo no poder sanar,
con ligereza me alejo sin vacilar,
tranquilamente, con flema.

22

Este bajel que es mi vida,
hace años encalló en un mar
y el ancla es el collar
que impide mi partida.

22

No te debo querer, aun siendo mi savia,
eres el árbol que brotó bajo mis pies,
serás sustento en mi vejez
y de mi navío, la gavia.

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Fontana