domingo, 14 de octubre de 2007

Señor magistrado...



Yo creí haberme explicado,
intenté ser paciente,
porque siendo inocente,
tu veredicto no es acertado.

22

Soy juzgada sin clemencia,
varias veces sometida a prueba,
y aun no habiendo nada que te mueva,
te dejas llevar por la apariencia.

22

De mí siempre has dudado...
¿Qué más quieres que haga?
Ya me clavaste la daga
antes de haberme acusado.

22

No habrán más aclaraciones,
soy yo quien se ha hartado,
mi cariño se ha apagado
ante tantas alegaciones.

22

Si por suerte encuentras otro afecto,
ten cuidado con las aberraciones,
porque no todas están en condiciones,
de aceptar lo incorrecto.

22

Tú creíste en tu sueño,
forjaste una amistad a tu medida,
te hiciste y me hiciste una herida,
creyéndote ser mi dueño.

22

Señor juez..., le habla su reo,
me erijo absuelta de toda culpa,
me da igual si me culpa o exculpa,
porque de este tren, me apeo.

2222

Fontana