domingo, 21 de octubre de 2007

Habiéndonos amado



De todas las lágrimas que he derramado,
las que han brotado limpias y amargas,
esas, sin duda, han sido pensando en ti,
aunque unas veces el alma me has arañado,
no quiero pensar que de mi vida salgas,
siempre te he querido con tal frenesí
que, sin ti, no late mi corazón acompasado.

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Otras veces, Vida, el alma me has besado,
es por eso, por lo que tu corazón salvas,
y fue entonces, cuando únicamente entendí,
que de mi alma, te habías apoderado,
siendo parte del amor que sobre ti cargas,
me siento reconfortada... ¡Qué afortunada fui!
Amándote, amándome..., habiéndonos amado.

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Fontana