domingo, 9 de diciembre de 2007

Un día de abril


Viniste al mundo un día de abril,
eran las tres de la tarde
y tenías prisa por salir.

22

Te abriste paso en el mundo
ese día empezaba tu vida,
y la mía, la acababa de descubrir.

22

Cuando vi tus pupilas azules
y en ellas las ganas de vivir,
supe que era el momento
de olvidarme de mí para cuidarte a ti.

22

Después tu primera sonrisa
cuando ansioso bebías de mí,
luego te rascabas las encías,
tu primer diente estaba por venir.

22

Después los primeros pasos,
te caías pero, volvías a subir,
a continuación tus primeras palabras.
¡Ay, mi vida! ¡Cuánto te quedaba por decir!

22

LLegó tu primer día de cole,
no te imaginas hasta dónde mi sufrir,
no quería dejarte solo
pero..., me había de ir
¡Cuánto te costaron las vocales!
algunas se negaban a salir.

22

Cuando fue tiempo de conocer a Dios
tomaste tu primera comunión,
¡Qué guapo iba mi niño!
no me lo creía ni yo.

22

Después empezaron los golpes,
los golpes que la vida nos dio,
tú te mostrabas rebelde
pero, más obstinada que tú, era yo
¡Cuántas batallas libradas!
¡Cuánto padecimos los dos!
Yo te quería por ser mi hijo,
tú, me negabas por ser yo.

22

Después tu primera chica llegó
¡Ten cuidado cariño
que después de las ganas llega el furor!
¡Pero hijo..., si eres todavía un niño!
No me daba cuenta, el niño se hacía mayor.

22

Cuándo encontraste tu primer trabajo
ibas orgulloso, en tu rostro no había temor,
nadie podría hacerte mirar hacia abajo,
no había nada que te causara temblor.

22

Tu vida empezaba a tomar su rumbo
y, fue entonces cuando caí en la cuenta,
aún hoy, casi no me acostumbro,
de que ya no eras mi niño,
ya te valías por ti mismo
y, que te habías hecho mayor.

2222

Fontana