lunes, 10 de diciembre de 2007

A un almendro en flor


Has hecho del almendro tu emblema
procurando que creciera derecho,
y con sus flores blancas, un lecho
en el que recostar un poema.

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Hombre cauteloso por excelencia,
en sonetos y rimas, virtuoso,
en saber y aprender, ambicioso,
en pocas letras, hombre de ciencia.

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Tu decoro y recato te engalanan,
tímido y atrevido a la vez,
tus palabras, son una exquisitez,
y de tus dedos, las caricias manan.

22

Así te veo yo, aun no viéndote,
porque así eres en el fondo de tu alma,
y no hay mentiras que valgan,
te tengo..., aun no teniéndote.

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Fontana