lunes, 17 de marzo de 2008

Sueño soñado


He soñado mi muerte,
una madeja me enredaba,
quería gritar y no podía,
el ovillo apretaba más fuerte,
la vida se me escapaba,
me vi sin alma, vacía.

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Sudor frío en mi frente,
las manos me temblaban,
unas voces a lo lejos, decían:
-Ha sido victima de un accidente,
sus contados minutos se acaban.-
Los lamentos chirrían.

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Un absoluto y sordo mutismo,
una oscuridad, muy negra,
mi cuerpo yace en el suelo
al borde de un abismo,
en segundos todo se desintegra,
es la gélida muerte y su velo.

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Unos tímidos labios me besan,
una voz en mis oídos revienta:
¡Mamá, mamá, despierta,
estás viva y no muerta...
Hoy, tus días de nuevo empiezan!

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Fontana