martes, 4 de marzo de 2008

Mi santo grial


Tus claros ojos adornan tu pelo cano,
dos arroyos rodeados de un algodonal,
un paisaje plácido, armonioso, natural,
tallado con esmero por un artesano.

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Tu boca, un bullicioso lago cristalino,
circundado de perlas y rojo coral,
del amor y el deleite, el santo grial,
el mejor cáliz para un añejo divino.

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Los años hacen de ti un ser especial,
los abriles en tu cuerpo se recrean,
cada lustro te hace más cabal...
¡Qué envidia deben sentir quienes me lean!

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Fontana