La vida me dio dos rosas,
y todas ellas con espinas,
a cuál de las dos más hermosas,
las dos siguen siendo divinas.
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Las cuidé con mimo y ternura,
nunca pude decidirme por una,
las guardé con celo y bravura,
las dos, preciosas sobre la cuna.
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Con los años han ido creciendo,
una de ellas, me dará dos clavellinas,
y es que pronto estaré asistiendo
al nacimiento de dos vidas cristalinas.
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¡Qué bonitas son mis rosas!
¡Cuánto han prosperado sus tallos!
Cada día están más frondosas,
cada año les sientan mejor los mayos.
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Fontana