Mi corazón es el tintero
de donde mi pluma se alimenta,
unas veces, me siento cenicienta,
y otras, tengo el corazón lisonjero.
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Mi alma es la fuente
de todo lo que escribo y quiero,
a veces, fría como el acero,
y otras, se muestra confidente.
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Mis manos tienen dos agujeros,
por ellas, se escapa cuanto poseo,
poco a poco, y en lento goteo,
va cayendo por los senderos.
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Corazón, alma y manos...
Ese es el resumen de mi vida,
sobre tres palabras tejida,
y sobre algunos proyectos vanos.
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Fontana
