domingo, 7 de septiembre de 2008

... Para la próxima estación


Un mes más, y tú, mi ansiado bien nunca llegas,
mueren treinta días de oscuras tinieblas,
minutos y horas vividos a ciegas,
devuélveme la luz, y di que me pueblas.

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El verano concluye sin sorpresas,
el otoño, con sus típicos nubarrones
dará esperanza y vida a las pavesas
que todavía quedan en nuestros corazones.

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El viento arrastrará las hojas muertas
y con él se irán los malos augurios
dejando ilusión a nuestras puertas,
el otoño, de buena siembra es preludio.

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Te espero para la próxima estación,
si vuelves, trae contigo aquella brasa
que un día encendió nuestra pasión,
cuando llegues, no llames... ¡Estarás en casa!

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Fontana