miércoles, 16 de julio de 2008

¡Gracias!



Tantas veces me arriesgué al vacío,
a jugármelo todo a una palabra,
que ahora, ya no le temo al desafío
por dura que la vida sea, amarga.

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Me acostumbré al miedo y la constancia,
recorrí largos caminos entre abrojos,
encontré amor, desidia y discordancia
pero siempre me levanté si caí de hinojos.

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Pensé teniendo la mente en blanco,
anduve buscando amparo y esperanza
y por fin abatí el letargo del que salgo,
pues en mí depositaste confianza.

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Por tantas veces que me has animado...
¡Gracias! Por ser la luz de mi vida...
¡Te quiero! Porque tu puerta nunca has cerrado...
¡Te amo! ¡Te amo sin medida!

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Fontana