lunes, 21 de abril de 2008

Todavía mi cintura, tus manos siente


Acechó durante meses la guadaña su ocasión,
día a día segaba las buenas hierbas de tu camino
dejando un manto de desolación tan fino
que, sin darnos apenas cuenta, puso el crespón.

22

Dejaron de sonar flautas dulces y violines,
violas, chelos y contrabajos, callaron,
dando paso a tristes y fúnebres maitines,
y un río de lágrimas de mis ojos brotaron.

22

Una fría noche de invierno, nos dejaste,
el luto y la pena se adueñaron del destino,
aquí nos quedamos los que siempre amaste,
aserrados el corazón por un espino.

22

Cada año que pasa, tu recuerdo es más fuerte,
el compás de música te hace presente,
no ha podido contigo la ingrata muerte,
todavía mi cintura, tus manos siente.

2222

Fontana