jueves, 17 de abril de 2008

Dos, con un mismo destino


Dos vidas fallidas que, aun habiéndose encontrado,
dan el amor por abstraído.
Dos manos unidas que, nunca se han pertenecido,
y jamás se han separado.

22

Dos bocas que en silencio, mudas por la impotencia,
siempre se han comprendido.
Dos almas rotas, por un amor fugaz, triste y afligido,
rompen la abstinencia.

22

Dos pasiones yertas que, a un mismo tiempo renacen
para no quedar dormidas.
Dos gotas que, nadando en mar abierto se complacen,
no se dan por perdidas.

22

Dos acordes de guitarra que, en constante desafino,
hallan la nota adecuada.
Dos corazones que, divagando por distinto camino,
se aman en la misma cañada.

2222

Fontana