lunes, 27 de abril de 2009

Sabia es la savia de la vida


Caminando voy por la vida
al galope y enardecida,
del tiempo que por vivir me queda, poseída,
sorteando cualquier arremetida.

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Caminando por cárcavas profundas,
entre ciénagas nauseabundas,
corrientes de aguas moribundas,
que con amor, hubieran sido fecundas.

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Caminando, aplastando la maleza,
buscando entre abrojos la belleza,
entre espinas, la verdad y la nobleza,
sabiendo que ahí mi vida empieza.

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Por la vida, siempre buscando vida,
negándome a fenecer antes de mi partida,
a la vida le estoy agradecida
por ese vigor, por la tea que sigue encendida.

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Fontana