viernes, 27 de marzo de 2009

A la orilla arribo


¿En qué paraíso me hallo
que sin ti vivir ya puedo,
será que ya no me apuntas con el dedo,
o, quizá el olvido haya llegado?
Ya no me hundo, sino nado,
y a la orilla arribo con aliento,
atrás quedó el camino polvoriento,
las noches de enfado y sospechas,
de tantas y tantas abiertas brechas
cicatrizadas por el aburrimiento.

22

Pero tú, en este momento, te dirás:
Si me escribe..., me recuerda...,
y por mucho que la memoria pierda,
lo vivido no la dejará en paz.
-No, ha sido un pensamiento fugaz,
las últimas letras del olvido,
mi amor, nuestro amor es ido
pero, en verde campo reposa
y, como la vida es caprichosa...
¡Quién sabe si es, o no, punto y seguido!-

2222

Fontana