miércoles, 24 de diciembre de 2008

Nochebuena amarga


Recuerdo una Nochebuena,
una de las más tristes vividas,
mientras con los míos estaba de cena,
tú deambulabas por cimas perdidas.

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¡Qué noche más sola, que horas más largas!
Los brindis se sucedían sin esperanza...
¡Qué copas más turbias y amargas
cuando en ellas navega la añoranza!

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A las doce en punto, hacia las estrellas
debíamos dirigir nuestras miradas
para dejar marcadas las huellas
que darían paso a nuevas alboradas.

22

El cielo ya no tiene el mismo brillo,
se apagó mi lucero del alba,
sólo veo un borrón de carboncillo
en un campo repleto de malvas.

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Fontana