martes, 9 de diciembre de 2008

Un muro infranqueable, somos


Somos el muro que guarda un jardín desconocido,
infinitas tapias ocultas por una hiedra,
opacas moles que piedra sobre piedra
hemos ido levantado gemido tras gemido.

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Severos vigilantes, somos, de la puerta,
elevadas estacas rematadas en punta de flecha
capaces de procurar una honda brecha,
si alguien, intenta penetrar en nuestra huerta.

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Un halo de misterio se esconde tras el seto,
en contadas ocasiones entreabrimos la valla,
y al hacerlo, nos enfrentamos al reto
de si ese alguien es merecedor de nuestro secreto
y, si ambos seremos capaces de dar la talla.

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¡Qué complicados somos los humanos,
ansiosos por abrirnos, nos cerramos,
de nuestra huerta somos únicos hortelanos,
de nuestras exigentes vidas, auténticos tiranos
y, en qué poca gente confiamos!

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Fontana