lunes, 27 de octubre de 2008

Yo conozco...


Yo conozco el olvido...
Tantas veces he tenido que usarlo
que el olvido, olvidó al olvido
y no recuerda dónde guardarlo.

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Yo conozco la pena...
Más veces que alegrías me ha visitado,
tantas veces me sirvió de cena
que sin apetito he acabado.

22

Yo conozco el azar...
Que por caprichoso y presumido
se esconde en cualquier lugar
y de mil cosas va vestido.

22

Yo conozco el acierto...
Alguna vez hizo acto de presencia
pero, como es muy despierto
pronto se esfuma de su tarro de esencia.

22


Yo conozco la inocencia...
Que por ingenua y falta de malicia
raras veces hace advertencia
cuando a otros les ceba la avaricia.

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Yo conozco el averno...
El sopor que el mal hacer provoca,
y cuando se hace eterno,
duro queda el corazón, como una roca.

22

Yo conozco la duda...
Esa sensación que espanta y ahoga,
que indefensa te deja desnuda
y, cuanto más crece, más aprieta la soga.

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Yo conozco la entrega...
Ese estado que ausenta y engrandece,
que abona, siembra y riega
toda forma de amor que en el pecho crece.

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Yo conozco el temor...
Esa oscuridad que aun siendo de día
ciega nuestro interior
haciéndonos vivir tras una celosía.

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Yo conozco el amor...
Es olvido, pena, azar, acierto, inocencia,
averno, duda, entrega y temor,
pero sobre todo, una dulce demencia.

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Fontana