Tengo de tu corazón, la llave,me hiciste guardiana de esa puerta
y hasta que esto nuestro no acabe,
dejaré de par en par la puerta abierta.
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De tus ojos las miradas más tiernas,
dulzura que mis lágrimas riegan,
amor, pasión y cariño alternas,
tus ojos, mi vida, nada me niegan.
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De tus pies, los pasos más seguros,
entre piedras o barrancos no titubean,
son tus piernas dos impávidos muros,
seguridad, confianza y bienestar, crean.
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Te entrego, de mi vida, la llave,
libre eres para usarla cuando quieras,
entra sin llamar, no hay código clave,
sólo te pido: Que me quieras de veras.
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Fontana
