sábado, 12 de marzo de 2011

Una noche de verano…


Una noche de verano
cuando la brisa se azoraba
y entre nosotros saltaba
un sentimiento cercano,
quiso el ufano viento
mecernos cual ramas de avellano,
aproximar mi mano a tu mano
y fundirnos en un beso lento
ardiente como un río de lava
y de más calor, sediento,
robarnos, quisimos, el aliento
pues ya nada nos importaba,
ni altiva colina, ni llano,
ni miedo, ni abatimiento,
nos hicimos un juramento:
no volver a soltarnos de la mano.

2222

Fontana