Búscame en los confines del recuerdo,en las grises tardes de tu dolor,
en tu alocado pensamiento más cuerdo,
en el fuego más abrasador,
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en las horas que aún no han pasado,
en los meandros de la razón,
en las dalias de tenue matiz sonrosado,
en las graves notas de un trombón,
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donde el viento silencioso retorna,
allí donde mana la luz,
allí, donde el amor nos adorna
o nos viste con su cruz.
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Búscame en las líneas de tus manos,
búscame…, búscame en tu corazón,
ocupo paralelos y meridianos,
cualquier recoveco, cualquier rincón.
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Fontana
