Soledad, amiga que siempre me acompañas compartiendo sueños y diálogos conmigo, sabes de todas y cada una de mis hazañas, te he contado cuando quiero o dejo a un amigo.
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Soledad, no estás sola porque me tienes a mí, lloramos al mismo tiempo y a la misma hora, apoyada en el borde de la cama me abrazo a ti ¡Cuánto consuelo me das, al llegar la aurora!.
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Soledad... ¡Qué solas nos encontramos las dos, aun viviendo y compartiendo con las gentes! deseo gritar, yo quisiera poder alzar mi voz para hacerme oír incluso por los ausentes.
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Soledad, hagamos nuestra propia y única bandera, le pondremos colores claros y muy brillantes, tú y yo hemos vivido en la oscuridad y la espera, es hora de tomar la calle y mostrarnos desafiantes.
Vivo en un castillo rodeado de almenas, todas las noches intento asomarme en busca de una razón que me calme, me alzo sobre ellas, para ver si llegas.
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Tiene mi alcázar unas murallas tan altas, que son necesarias ciento siete escaleras, la fortaleza no permite superar las barreras ¿Quieres intentarlo para ver si las saltas?
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Mi fortín es inexpugnable, estoy cautiva y esposada a unos grilletes de aire, no hay llaves ni barrotes, nada que me sujete pero, no puedo escapar, me vigilo desde arriba.
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Yo soy mi única guardiana, la que se apresa, la que no se deja salir, la que perdió la clave y, seguiré prisionera hasta no encontrar la llave, he de hallarla pero..., será una ardua empresa.
A ti, amigo... No creas que por haber muerto ya has desaparecido, nadie te echará en el olvido, todos tenemos un futuro incierto, pero tú, para mí, no has muerto siempre estarás conmigo.
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Para ti, esta poesía, ella, sé que fue tu vida y, ésta siempre estará viva, mientras haya alguien que escriba.
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Recuerdo a unos cuantos que ya murieron pero, no fueron olvidados, todos dejamos nuestra impronta, de todos, nos quedan los legados.
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Querido amigo... ¡Cuánto hemos dialogado y, cuánto hemos callado! Los silencios fueron nuestro gran enemigo, ahora, ya está todo silenciado, lo que no nos dijimos, está perdido y, aquello que supimos, ganado.
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Es esta la hora..., la hora del indeseado último suspiro, sobran las palabras, callado pero, sigues siendo, mi amigo.
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Te presiento con los ojos cerrados, yo quisiera cerrar los míos y, al abrirlos, ver que estás vivo y, es que yo te necesito, te necesito conmigo.
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Todo esto es una burla de la vida, ahora que nos habíamos conocido, yo quiero sentirte al otro lado, pero vivo, no me resigno a perderte todavía, he perdido a un amigo, media vida.
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Todo lo que empieza, acaba pero, no lo esperaba tan pronto ¿Por qué la vida nos socava? dímelo tú, querido amigo.
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Tú que ya has pasado el trance ¿Hay algo más hermoso que la vida alcance que el tener a un amigo, por amigo?
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Esta vida es un mal rato, pero intentamos que sea agradable, yo lo conseguí, siempre fuiste amable, hiciste que fueran dulces los malos tragos.
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No hemos llegado ni a cumplir el año, aunque poco nos ha faltado, has decidido irte de mi lado, no imaginas, cuánto es el daño.
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Esto me ha salido de corrido no hay nada como estar motivado no hay nada rectificado tengo el corazón roto y conmovido.