jueves, 10 de enero de 2013

Idilio onírico



Miedo tengo a ser la aurora
que te haga abandonar el sueño,
a ser la mañanera ave cantora
que silencie tu trino rondeño.

22

Al abrigo de ese canto
crece el tallo que me impulsa,
y entre gorjeo y gorjeo me levanto
humedeciéndome de la savia que me endulza.

22

Que se demore el orto, anhelo,
que la más clara oscuridad, no cese nunca,
que no oculte el día al zaino cielo
que nos une, nos cobija y enjunca.

22

Onírico momento envuelto en redes
de muselina… ¡No acabes!
No despiertes, todavía puedes
tirar al mar de la noche, las llaves.

222

Fontana