Que el averno abra sus puertas
y me encierren sin piedad en sus entrañas,
que mis huesos se partan y sean pasto de fieras alimañas
y no dejen ni una esquirla de mis carnes muertas.
22
Que se cieguen las cuencas de mis ojos soñadores
y no puedan ver el día que cada mañana nace,
envuélvame la vida en un sudario y nadie advierta que aquí yace
una savia exánime privada de sus fulgores.
22
Que todo esto, y más…, me pase
si un sólo instante dejara de amarte,
pues entre tú y yo, jamás hubo un punto y aparte,
ni un mal gesto, ni una mal tildada frase.
22
Que en el infierno arda…, si eso llegase.
2222
Fontana
y me encierren sin piedad en sus entrañas,
que mis huesos se partan y sean pasto de fieras alimañas
y no dejen ni una esquirla de mis carnes muertas.
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Que se cieguen las cuencas de mis ojos soñadores
y no puedan ver el día que cada mañana nace,
envuélvame la vida en un sudario y nadie advierta que aquí yace
una savia exánime privada de sus fulgores.
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Que todo esto, y más…, me pase
si un sólo instante dejara de amarte,
pues entre tú y yo, jamás hubo un punto y aparte,
ni un mal gesto, ni una mal tildada frase.
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Que en el infierno arda…, si eso llegase.
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