Buscando tu desencantamiento, iba, y vistiéndome cada noche de ortiga queriéndote parecer ácida y esquiva… Pues, tú y yo sabemos, que sólo puedo ser tu amiga.
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El dulce néctar que degustaste un día, el granado maná de la dócil espiga, aunque en mí siga todavía… Tú y yo sabemos, que sólo puedo ser tu amiga.
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No me mires como tu flor pensada, ni como una mujer que amor mendiga, mírame como una vela apagada pues, tú y yo sabemos, que sólo puedo ser tu amiga.
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Fontana
miércoles, 26 de enero de 2011
Intento robarle al día unas horas de alegría, unos momentos de paz y recogimiento, recolectar la cosecha y dejar un sarmiento para verlo brotar, y no quedar vacía.
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A los meses, un tiempo les quito, a los años, todo lo aprendido, tamizo y desecho algún desabrido, y una vez resumido, queda un escrito.
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Rimo en consonante, con más o menos acierto pero, quienes me leen, lo saben, es evidente que aunque la métrica quede ausente, lo que escribo, lo hago a corazón abierto.
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No es poesía, lo sé, son simples relatos, sentires que brotan y necesito arrojar para que mi alma, después, pueda abrevar y dejarse holgar, a ratos.
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Fontana
domingo, 23 de enero de 2011
Que el averno abra sus puertas y me encierren sin piedad en sus entrañas, que mis huesos se partan y sean pasto de fieras alimañas y no dejen ni una esquirla de mis carnes muertas.
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Que se cieguen las cuencas de mis ojos soñadores y no puedan ver el día que cada mañana nace, envuélvame la vida en un sudario y nadie advierta que aquí yace una savia exánime privada de sus fulgores.
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Que todo esto, y más…, me pase si un sólo instante dejara de amarte, pues entre tú y yo, jamás hubo un punto y aparte, ni un mal gesto, ni una mal tildada frase.
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Que en el infierno arda…, si eso llegase. 2222
Fontana
sábado, 22 de enero de 2011
El desgarrador clamor de las campanas, suena, suenan a muerto, lastimeras repican por mi dolor, dolor que golpea con el badajo de la pena, pena por el implacable deceso destructor.
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Mi corazón se rasga sensible al frío metal, metal que templa mis adentros en calma, calma engañosa, serenidad irreal, irreal como la seca vida de una rama de palma.
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Plañidera campana que desde mi interior, tañes, tan parte, eres, de mi vida cotidiana que, casi es placentero permitirte que me dañes ajando el hontanar de mi fontana.
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Fontana
jueves, 20 de enero de 2011
El desvelo y el voluble azar se rindieron a la fruición de la palabra dejando que la fascinación fluya y se abra haciendo a dos corazones palpitar.
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Dulce hechizo cuajado de beldad que me inquieta y me hace desear, volverte, en la distancia a acariciar, pensarte, henchirme de ansiedad.