martes, 23 de junio de 2009

Quejas


Siempre me haces trampa,
vuelves tierno, manso,
para luego ese remanso
ser tormenta que no escampa.

22

Vas y vienes a tus anchas,
juegas, lloras, suspiras, vives,
y después, sin más me escribes
queriendo borrar las manchas.

22

¡Qué tortura representamos,
qué calvario no saber olvidar,
qué amor, éste, tan singular,
qué cruz a la espalda nos echamos!

22

El mundo nos queda pequeño,
pues, en su gran inmensidad
no hallamos respuesta a la ansiedad
queriendo ser, uno, del otro, dueño.

2222

Fontana