Murcia, terrón entrañable
de cultivos y bondades,
si ácida y roja naciste…
¿Quién vino a engañarte?
¿Quién bailará esa jotica
que tanto y tanto cantaste?
El rojo de tu bandera,
triste cae al mirarte,
y esas torres de oro
sin brillo cortan el aire,
y esas siete coronas,
muertas, sin gloria las tienes.
Deja el pendón que cogiste,
demuestra que no eres cobarde,
cientos de lenguas te piden
que vivas y te levantes.
Próxima está la mañana
que marches sin amilanarte,
no seas reflejo del necio,
que España no quiere ahogarte,
quiere vivir sin mordazas,
sin hambre, como antes.
Sal y grita en las calles,
reencuéntrate con tus padres,
que también tus madres
quieren hallarte.
Deja esas alas quebradas,
no digan que te vendiste,
deja esas rotas alas
que nunca te llevaron
a ninguna parte.
Resurge entre pétalos de rosa,
los que con tanta fatiga ganaste,
Murcia, aprieta ese puño
con esa rosa sangrante,
es hora de que te escuchen
el resto de comunidades.
Aquí está Murcia erguida,
clamando por sus colores
que siempre fueron grana,
rojos, como los corazones.
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Fontana